¿Qué perro te conviene realmente? Los 10 mayores errores al elegir un perro | Episodio 16

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Tiempo de lectura 18 min

La llegada de un perro a la familia es una decisión emotiva, pero nunca debe tomarse sin pensarlo detenidamente. " ¿Qué perro es el adecuado para mí?" no es una pregunta que sólo se hace cuando aparece una foto bonita en Internet o se planea una visita espontánea a una protectora de animales. Es una decisión que implica responsabilidad durante muchos años. La raza, el carácter, el nivel de energía, el tamaño, las necesidades de cuidados y la disposición sanitaria son factores que deben considerarse individualmente. Muchas personas subestiman lo importante que es una autoevaluación honesta: ¿Cómo es mi vida cotidiana? ¿Qué actividades puedo y quiero compartir con mi perro? ¿Dispongo de tiempo y recursos suficientes? Y, sobre todo, ¿estoy dispuesto a asumir responsabilidades incluso en las fases difíciles?

Este artículo destaca los diez errores más comunes a la hora de elegir un perro, explica por qué las descripciones de las razas suelen ser engañosas y aporta valiosas ideas sobre lo que realmente importa. El objetivo no es sólo evitar tomar decisiones equivocadas, sino también crear una comprensión realista de la enorme responsabilidad que conlleva tener un perro. 

Características de la raza y genética

Error 1: Elegir por la apariencia

Mucha gente elige un perro basándose en las primeras impresiones: un pelaje grande y mimoso, unos ojos azules o un color de pelaje inusual como el de Merle resultan atractivos. Pero la elección basada en la apariencia suele ser el mayor error a la hora de plantearse la pregunta "¿Qué perro es el adecuado para mí?". Y es que los rasgos de moda ocultan a menudo graves problemas de salud y comportamiento. Los hocicos cortos y los ojos grandes que recuerdan a los de un bebé son especialmente populares. Sin embargo, las investigaciones demuestran que las razas braquicéfalas en particular (por ejemplo, los bulldogs franceses o los dogos) sufren dificultades respiratorias, dientes desalineados y enfermedades oculares. Los colores de pelaje extremos, como el merle o el blanco muy aclarado, también se ven ahora con ojos críticos: Los estudios genéticos demuestran que estos colores de moda están cada vez más asociados a la sordera, las malformaciones oculares y las enfermedades de la piel. Elegir un perro sólo por seguir la moda suele suponer el pago de una elevada factura veterinaria, y se espera que el animal viva con un sufrimiento evitable. Además, los perros se crían desde hace siglos para tareas específicas. Los perros de pastoreo reaccionan con sensibilidad a los estímulos del movimiento, los terriers son cazadores tenaces y los molosos son más vigilantes que muchos otros. Estos programas genéticos sólo pueden modificarse de forma limitada mediante el adiestramiento. 

Desde el punto de vista canino, tiene más sentido considerar primero las necesidades del perro: ¿Qué actividad necesita la raza? ¿Hasta qué punto es fuerte el instinto de caza o de protección? ¿Necesita mucho aseo o soporta bien el ruido urbano? Sólo cuando estas preguntas coincidan con su propia situación vital debe decidirse por un perro, independientemente de si el color coincide con la tendencia actual. Las razas mixtas también pueden ser compañeros maravillosos, pero traen consigo una mezcla de genes cuyas características no pueden evaluarse con exactitud de antemano.


Error 2: Ignorar las predisposiciones

Un perro que no está orientado hacia su amo tomará instintivamente la iniciativa. Esto suele ocurrir de forma inconsciente: si miras constantemente a tu alrededor en busca de tu perro o le permites determinar el camino, el perro lo ve como una invitación a tomar la iniciativa.

Los perros se orientan mediante estructuras y señales claras. Sin estas estructuras, su perro decidirá por sí mismo adónde quiere ir y tirará de la Correa. Además, este comportamiento se ve reforzado por el entorno, por ejemplo, por olores excitantes o estímulos que distraen al perro.

La situación es similar con los perros de caza: Ya sean perros de muestra, cobradores o sabuesos, sus sentidos, resistencia y secuencias de caza están profundamente arraigados en sus genes. Estos impulsos pueden controlarse, pero nunca desentrenarse por completo. Cualquiera que piense que puede "desentrenar" la pasión por la caza de un Weimaraner fracasará a largo plazo y posiblemente limitará la calidad de vida del perro.

Los molosos y otras razas de perros guardianes o protectores se crían para filtrar estímulos, tener un comportamiento territorial y un cierto grado de independencia. A menudo toman decisiones de forma independiente, reaccionan con sensibilidad a los estímulos externos y necesitan un marco claro y seguro desde el principio para poder desenvolverse en una sociedad moderna.

Desde un punto de vista cinológico, estas características no son "defectos" del perro, sino un reflejo de su selección. Psicológicamente, la frustración suele surgir en el propietario cuando tiene expectativas que contradicen la realidad genética del perro. Quienes respetan y canalizan las predisposiciones de su perro crean la base para una relación armoniosa; quienes las ignoran, generan estrés en ambas partes.

Necesidades y estilo de vida

Error 3: Subestimar el tiempo necesario

Uno de los factores más importantes y que más se pasan por alto a la hora de elegir un perro es la cantidad real de tiempo que requiere. Mucha gente se imagina una vida romántica con un perro: paseos juntos, mimos en el sofá y un poco de adiestramiento de vez en cuando. La realidad suele ser distinta: Un perro necesita rutinas fiables, ejercicio físico diario, actividad mental y suficientes periodos de descanso que deben planificarse en la vida diaria.

Especialmente si trabaja de ocho a diez horas diarias y además tiene aficiones, deportes o una vida social activa, debería plantearse honestamente de cuánto tiempo dispone realmente para pasear, adiestrar, acicalar y relajarse juntos. Los perros no son "rellenos" que puedan colarse entre una cita y otra: son seres vivos con necesidades propias que no pueden adaptarse a nuestros apretados calendarios.

Desde un punto de vista cinológico, la falta de exigencia es tan problemática como el exceso de exigencia: un perro de trabajo al que no se le exige lo suficiente puede desarrollar problemas de comportamiento, mientras que un perro sin suficiente descanso y oportunidades para retirarse se estresa permanentemente. Ambos extremos no sólo suponen una carga para el perro, sino también para la convivencia.

La etapa de la vida también influye: un perro joven y activo exige mucho más que uno mayor. Luego están las vacaciones, los viajes de negocios o las enfermedades: ¿quién cuidará del perro durante ese tiempo?


ConsejoAntes de adquirir un perro, mantenga un "protocolo de prueba" durante una semana: planifique cada día tanto tiempo para paseos, adiestramiento y periodos de descanso como el que necesitaría más adelante con un perro. Así te darás cuenta de si tu estilo de vida actual y las necesidades de un perro encajan realmente.


Error 4: Ignorar la planificación a largo plazo

Un perro no es una compra a corto plazo, sino un compromiso de 10 a 15 años, a veces incluso más. Durante este tiempo, su vida puede cambiar enormemente: una nueva relación, una separación, un cambio de trabajo con más horas de trabajo, un traslado a un piso más pequeño o a otro país, nuevas incorporaciones a la familia o restricciones de salud. Todos estos factores pueden tener un impacto fundamental en la convivencia con un perro.

A menudo se ignora por completo este aspecto antes de la compra porque prevalece la expectación por el perro. Sin embargo, los perros dependen en gran medida de la continuidad y la fiabilidad para su bienestar. Un cambio constante de cuidadores, largos periodos de abandono o incluso la entrega a un refugio de animales son situaciones muy estresantes para ellos, y en muchos casos pueden evitarse si se planifica de forma realista desde el principio.

Desde un punto de vista cinológico, un vínculo seguro con una figura de apego constante es crucial para la estabilidad mental del perro. Los cambios en el entorno social, especialmente la pérdida del cuidador principal, pueden provocar un estrés continuo y promover problemas de comportamiento.

Desde el punto de vista psicológico, la gente tiende a subestimar los retos futuros, un fenómeno conocido en la investigación conductual como "sesgo de optimismo". Esto nos lleva a pasar por alto problemas potenciales o simplemente ignorarlos hasta que se materializan.


Importante saberPiensa en quién cuidará del perro antes de comprarlo por si caes enfermo, te separas o estás muy ocupado en el trabajo. Lo ideal es crear una red de familiares, amigos o cuidadores a los que recurrir en caso de emergencia.

Error 5: Proyectar las necesidades sociales

Mucha gente quiere un perro porque busca compañía, cercanía y calor emocional. Y sí, los perros pueden satisfacer estas necesidades de forma impresionante: Son leales, no juzgan, están siempre presentes y dan afecto sin reservas. Pero es precisamente ahí donde radica el peligro: quien considere al perro como el principal sustituto de los vínculos humanos corre el riesgo de distorsionar su papel y sobrecargarlo.

Desde un punto de vista cinológico, los perros viven en una estructura social que requiere estructuras claras y una comunicación adecuada a la especie. Si se obliga a un perro a desempeñar el papel de compañero, hijo o amigo de un humano, suelen surgir conflictos entre sus necesidades y las expectativas de los humanos. Por ejemplo, un perro puede reaccionar con estrés si se espera constantemente de él que proporcione cercanía aunque necesite retirarse, o si se le trata como a un "terapeuta" aunque necesite procesar sus propias experiencias.

Psicológicamente, esta proyección es a menudo una forma de compensación emocional. A falta de contacto social estable con otras personas, el perro llena ese vacío, lo que puede tener un efecto estabilizador a corto plazo, pero crea dependencia emocional a largo plazo. Esto puede afectar tanto a la independencia del ser humano como al bienestar del perro.

La ética desempeña aquí un papel decisivo: los perros son seres sensibles con necesidades propias, no "herramientas emocionales". Merecen ser respetados como perros, con libertades que van más allá de su función como fuente de consuelo.


Asistencia, salud y costes

Error 6: Subestimar los costes

Muchos futuros propietarios de perros piensan sobre todo en el precio de compra o en la cuota de adopción a la hora de calcular los costes. Sin embargo, los gastos reales no empiezan hasta que el perro se instala en casa y, con el paso de los años, se van acumulando hasta alcanzar un importe considerable.

Los costes fijos incluyen la alimentación, los exámenes veterinarios rutinarios, las vacunas, la desparasitación y la protección contra pulgas y garrapatas. Los costes variables y a menudo inesperados se derivan de enfermedades, operaciones, tratamientos dentales o fisioterapia. Especialmente en la vejez, los costes veterinarios pueden aumentar considerablemente si aparecen enfermedades crónicas.

El adiestramiento del perro también es un factor a tener en cuenta: la escuela canina, el adiestramiento individual o los adiestradores especializados, por ejemplo para problemas de comportamiento, no sólo son útiles en los primeros días. Los servicios adicionales, como guarderías caninas, canguros o cuidado en vacaciones, pueden sumar rápidamente sumas de tres cifras al mes.


Importante saberSegún las estadísticas, el coste medio de mantener un perro en Alemania es de 1.000-2.000 euros al año, sin contar las intervenciones veterinarias importantes. Una sola urgencia puede costar varios miles de euros. Por eso es muy recomendable tener una reserva o un seguro.


Error 7: Esfuerzo de mantenimiento y enfermedad

Muchos futuros propietarios de perros se enamoran de una raza sin prestar suficiente atención a sus características sanitarias y a los cuidados que requiere. Sin embargo, además de los rasgos típicos de comportamiento, cada raza tiene también una predisposición genética a ciertas enfermedades. Quienes ignoran estos riesgos no sólo se arriesgan a elevados costes veterinarios, sino también a un gran sufrimiento para el perro.


Razas grandes y problemas articulares
Los perros grandes y pesados, como los pastores alemanes, los rottweilers, los San Bernardos, los gran daneses y los labradores retriever, son especialmente propensos a la displasia de cadera (HD), la displasia de codo (ED) y la artrosis. Esto se debe a la gran carga que soporta el sistema musculoesquelético, agravada por el rápido crecimiento en la fase de perro joven. Muchas de estas razas también son propensas a la espondilosis y a las roturas del ligamento cruzado.


Problemas cardíacos en determinadas razas
El Doberman es conocido por su predisposición genética a la miocardiopatía dilatada (MCD), una enfermedad del músculo cardiaco potencialmente mortal. Los Cavalier King Charles Spaniel también padecen con frecuencia endocardiosis mitral (insuficiencia valvular cardiaca), que puede aparecer a una edad temprana.


Problemas respiratorios en las razas de nariz corta
Perros como el Bulldog Francés, el Pugs, el Shih Tzu y el Pekinés tienen las vías respiratorias muy restringidas debido al síndrome braquicefálico. Esto puede provocar dificultad respiratoria, sobrecalentamiento y un mayor riesgo de anestesia, y a menudo significa operaciones costosas.


Sordera hereditaria y problemas oculares
Razas como los dálmatas, los pastores australianos (especialmente los portadores de merle), los bull terriers y los perros leopardo de Catahoula tienen un mayor riesgo de sordera congénita. Los apareamientos dobles con merle también pueden causar ceguera. Los huskies, los cocker spaniels y los retrievers son propensos a las cataratas o a la atrofia progresiva de retina (ARP ), que pueden provocar ceguera.


Problemas de piel y pelaje
Los perros con diluciones de color como el azul o el lila (por ejemplo, Weimaraner, Bulldog Francés, Chihuahua) suelen padecer alopecia por dilución de color, una afección cutánea que puede provocar la caída del pelo, inflamación de la piel e infecciones. Los Shar-Pei tienen un alto riesgo de pioderma, infestación por hongos e irritación debido a los pliegues de su piel, mientras que los Caniches, Bichon Frisé y Malteses requieren un aseo intensivo para evitar la estera y los problemas cutáneos.


Requisitos nutricionales y de cría especiales

  • Border Collie, Pastor Australiano, Sheltie - a menudo mutación genética MDR1 que los hace sensibles a ciertos medicamentos.

  • Perros salchicha: son propensos a sufrir hernias discales (parálisis del perro salchicha) debido a su larga espalda.

  • Husky siberiano, alaskan malamute: grandes necesidades de ejercicio, problemas psicológicos si no se les exige lo suficiente.

  • Terranova - sensible al calor, alta tendencia a la torsión de estómago.


No olvides los cuidados necesarios
Además de los riesgos para la salud, no hay que subestimar el tiempo que requieren los cuidados:

  • Las razas de pelo largo (por ejemplo, el lebrel afgano, el collie barbudo o el shih tzu) requieren un cepillado diario.

  • Las razas de doble pelaje (por ejemplo, Husky, Akita, Malamute) mudan mucho durante la estación y requieren un cepillado intensivo.

  • Las razas con pliegues cutáneos (por ejemplo, Shar-Pei, Bulldog Inglés) necesitan una limpieza regular de los pliegues cutáneos para evitar inflamaciones.

Educación, formación y gestión

Error 8: Intentar solucionarlo todo con formación

Muchos aficionados a los perros creen que cualquier comportamiento puede "eliminarse" con una educación coherente y suficiente adiestramiento. Esta idea es comprensible; al fin y al cabo, en las redes sociales circulan vídeos de perros que funcionan a la perfección, obedecen todas las señales de inmediato y parecen estar completamente libres de "problemas". Sin embargo, la realidad es mucho más compleja.

Muchos aficionados a los perros creen que cualquier comportamiento puede "eliminarse" con una educación coherente y suficiente adiestramiento. Esta idea es comprensible; al fin y al cabo, en las redes sociales circulan vídeos de perros que funcionan a la perfección, obedecen todas las señales de inmediato y parecen estar completamente libres de "problemas". Sin embargo, la realidad es mucho más compleja.

Desde el punto de vista canino, hay pautas de comportamiento que están profundamente arraigadas en la constitución genética de un perro. La historia de la cría significa selección: ciertas características se han reforzado deliberadamente a lo largo de generaciones. No sólo el instinto de caza de los galgos, sino también el instinto de pastoreo de los border collies, la vigilancia de los perros guardianes y el instinto protector de los molosos. Incluso una marcada sensibilidad al entorno, como ocurre a menudo en los perros de pastoreo, no es un "defecto", sino parte de su composición genética.

Aunque estas predisposiciones pueden modularse, dirigirse y controlarse mediante el entrenamiento, no pueden eliminarse por completo.

  • Un galgo puede aprender a permanecer tranquilo con la Correa, pero su sistema nervioso siempre reaccionará si un conejo se escapa.

  • Un perro guardián puede aprender a aceptar visitas, pero su "modo alarma" interno nunca desaparecerá con los extraños.

  • Un terrier puede controlar sus impulsos, pero su afán por cavar agujeros o buscar animales pequeños siempre formará parte de su personalidad.

Desde el punto de vista psicológico, la sobrevaloración de la crianza suele generar frustración en ambas partes:

  • El humano está decepcionado porque el perro no funciona "perfectamente" a pesar del "adiestramiento correcto".

  • El perro se siente presionado porque no puede cumplir unas expectativas que contradicen su naturaleza. Esto puede provocar estrés, indefensión aprendida o comportamientos problemáticos.

Se trata de un escollo ético: los perros no son objetos maleables que puedan "programarse" como se desee mediante adiestramiento. Son seres sensibles con disposiciones genéticas, necesidades y límites individuales. Aceptarlos también significa adoptar estrategias de gestión: Correa, bozal, encuentros controlados y estructuras claras en la vida cotidiana.


Es importante saberlo: Algunos comportamientos no son "defectos", sino características de la raza. No pueden eliminarse simplemente con adiestramiento. En muchos casos, adiestrar no significa "reaprender", sino aprender a manejar el comportamiento, tanto para el hombre como para el perro. Una visión realista de lo que está genéticamente arraigado protege contra la decepción y crea condiciones más justas para el perro.


Error 9: Compras impulsivas y perros sorpresa

La idea de traer un perro como regalo sorpresa -ya sea por Navidad, un cumpleaños o "porque sí"- puede parecer romántica al principio. Pero en realidad, esta decisión suele acarrear enormes problemas. Un perro no es un regalo, sino un ser vivo con décadas de responsabilidad.

Desde un punto de vista psicológico, un perro sorpresa puede desencadenar inmediatamente conflictos en la familia o la pareja. Si no todos los implicados -pareja, hijos, compañeros de piso- están de acuerdo de antemano y declaran su voluntad de asumir la responsabilidad, pueden surgir tensiones rápidamente:

  • ¿Quién se encargará de los paseos cuando haga mal tiempo?

  • ¿Quién paga los gastos veterinarios y de alimentación?

  • ¿Quién cuida del perro cuando el trabajo, la escuela o el ocio lo exigen?

A menudo existe un patrón familiar, especialmente con los niños: la euforia inicial sólo dura un breve periodo de tiempo, tras el cual la responsabilidad sigue recayendo en los padres. El perro sufre entonces una educación incoherente, falta de atención y posiblemente también abandono.

La compra impulsiva también es un error común. Un perro comprado por una situación emocional -por ejemplo, porque se ve un "mal pelaje" en una foto o no se puede resistir a un cachorro en una estación de servicio de la autopista- rara vez está bien pensado. Estos perros suelen acabar en un refugio de animales al poco tiempo porque no se dispone de tiempo, dinero ni conocimientos.

Desde el punto de vista canino, el problema se agrava si el perro es de una raza o mezcla que exige mucho. Un Border Collie adoptado impulsivamente al que nunca se le permite trabajar, o un perro guardián "rescatado" del extranjero que de repente se encuentra viviendo en una gran ciudad, pueden verse rápidamente desbordados... y sufrir masivamente por esta discrepancia.

Éticamente, está claro que un perro es un miembro de la familia, no un objeto sorpresa. Quien adquiere uno es responsable de un ser sensible durante muchos años. Los regalos sorpresa devalúan esta responsabilidad y desprecian lo que los perros necesitan: estabilidad, fiabilidad y planificación.


¿Un perro como regalo?

  • Un perro no es una sorpresa: es una decisión de vida.

  • Las compras impulsivas y los "rescates por lástima" abruman a los propietarios y a menudo acaban en un refugio de animales.

  • Todos los miembros de la familia deben dar su consentimiento antes de la compra y debe establecerse un reparto claro de funciones.

Fuente de suministro: ¿Criador, refugio de animales o en el extranjero?

Error 10: Fuente dudosa

A la hora de comprar un perro, muchas personas se enfrentan a la pregunta: ¿Criador o protector de animales? Ambas opciones pueden tener sentido, pero también entrañan riesgos.

Reproductores y multiplicadores dudosos
En Internet o en portales de anuncios clasificados se pueden encontrar innumerables "criadores" que en realidad son criadores en masa. Estos perros suelen proceder de importaciones ilegales o se crían en condiciones catastróficas. Los cachorros no son socializados, crecen sin influencias ambientales y son separados de sus madres demasiado pronto. Las consecuencias: problemas de salud, de comportamiento, ansiedad y agresividad.

Los criadores reputados, en cambio, trabajan con transparencia. Permiten visitas a domicilio, muestran a la madre y las condiciones de cría y responden abiertamente a todas las preguntas. Crían según normas sanitarias, hacen pruebas genéticas y se aseguran de que los cachorros sean adecuados para sus futuros dueños. Pero tampoco aquí todos los criadores registrados son automáticamente buenos. También hay ovejas negras en las asociaciones que dan más valor a la apariencia o al beneficio que al carácter y la salud.

No todo el bienestar animal es igual
Muchas personas optan por un perro de una protectora de animales en el extranjero, a menudo por simpatía ante las imágenes de perros entre rejas. Pero tampoco en este caso todas las organizaciones gozan de buena reputación. Algunas organizaciones importan perros al azar a Alemania, Austria o Suiza sin preparar suficientemente a los animales para su vida futura.

Es más: No todos los perros extranjeros encajan en un entorno centroeuropeo. A menudo se trata de mezclas de terrier o de perros guardianes de ganado que han sido criados durante generaciones para tareas muy específicas. Un perro guardián de ganado que se ha dedicado a ello de forma independiente en Rumanía no se convierte automáticamente en un "perro de familia" en un piso de una ciudad alemana. Su disposición genética conlleva un alto instinto de protección, comportamiento territorial e independencia, características que pueden convertirse rápidamente en un desafío.

Psicológicamente, esto suele llevar a exigencias excesivas: las personas que se ocupan de los perros esperan un perro "rescatado" agradecido, pero luego se encuentran con miedo, inseguridad o agresividad. Sin experiencia previa, puede ser una situación estresante tanto para el perro como para las personas.

Desde el punto de vista ético, es importante tenerlo en cuenta: El bienestar animal es sensato e importante, pero no debe significar importar perros sin pensar o sobrecargar a la gente con perros que no encajan en sus condiciones de vida. Un auténtico bienestar animal significa pensar en el bienestar del perro a largo plazo, y no sólo en un "rescate" rápido.

"Mucha gente piensa que el bienestar animal es siempre la mejor opción, pero nos hemos dado cuenta de que no todos los perros procedentes del extranjero encajan automáticamente en nuestras vidas. Algunos tienen improntas genéticas que no se pueden adiestrar sin más".

Lui y Paulina con el perro del alma Vito y amalia

Sobre Vitomalia y los autores Lui & Paulina

El nombre Vitomalia procede de los nombres de sus dos queridos perros: Vito y Amalia. Vito, un perro sensible y alegre, acompañó a Lui y Paulina durante muchos años de formación. Tras una larga y grave enfermedad, tuvieron que dejar marchar a Vito con el corazón encogido el 14 de febrero de 2025.

De esta pérdida surgió el deseo no sólo de procesar la experiencia para sí misma, sino también de dar a otros propietarios de perros valor, conocimiento y consuelo - así nació el podcast, como una forma de hacer frente al dolor y al mismo tiempo como una plataforma para hablar de la tenencia de perros como realmente es: llena de amor, desafíos y crecimiento.

Lui es deportista y Paulina psicóloga. Su pasión común por los perros les unió. Una afición se convirtió en vocación: Lui se formó como terapeuta del comportamiento canino, Paulina se especializó en ciencia canina. Trabajaron juntos como adiestradores de perros durante muchos años, hasta que se dieron cuenta de la gran necesidad de equipamiento canino sensato y seguro.

Esta idea dio lugar a la tienda online Vitomalia, que hoy es su principal objetivo. Pero su pasión por la estrecha colaboración entre humanos y perros sigue intacta. En su podcast, Lui y Paulina comparten sus experiencias, sus conocimientos cinológicos y quieren transmitir una visión honesta y realista de la tenencia de perros: sin filtros, sin clichés, pero con el corazón y la mente.

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